P. N. SOUTH LUANGWASector de Nsefu(agosto de 2016) |
Por: Miquel À. Pérez-De-Gregorio i Capella
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Amanece en el río Luangwa. Son las 6.45 h. de la mañana. Hemos pasado la primera noche arropados por los sonidos de África: leones, hienas e hipopótamos. El paisaje es, sencillamente, espectacular
Tras aterrizar en el coqueto aeropuerto de Mfuwe, conocemos a nuestro guía-conductor, Hendryx, y nos dirigimos, sin más preámbulos, a nuestro bushcamp, un campamento de tiendas fijas, situado en las orillas del río Luangwa, en los alrededores del sector de Nsefu. Tardamos, más o menos, una hora, hora y cuarto, en llegar a nuestro destino. Al principio, la ruta (la D104) está asfaltada y vamos viendo diversos asentamientos, más o menos modernos, hasta que, pasado el núcleo de Chiwimba, tomamos un desvío hacia el norte. Aquí la pista ya es de tierra, y vamos encontrándonos con poblados tradicionales, de chozas de adobe y paja, entrando ya en un primer contacto con la población de la zona. Una vez tomado el desvío hacia el campamento, empezamos a atravesar bosques caducifolios y, ya de noche, llegamos a nuestro destino, donde nos recibe el personal del campamento. No hay electricidad. Es un bushcamp en mitad de la nada, y empezamos a acostumbrarnos a las lámparas de queroseno y a usar nuestros frontales y linternas. En cuanto se hace de noche, la temperatura baja. Hace fresquito, y más adelante, incluso frío. Es el invierno seco en Zambia, una época ideal, sin embargo, para visitar la zona, ya que los animales, necesariamente se concentran en los lugares en donde hay agua. El campamento es pequeño. Hay 4 tiendas con una capacidad para 8 personas. Nosotros, como somos 5, ocupamos tres tiendas: los chicos, una, mi hermana, una ella sola, y Anna y yo la otra. Además, hay dos zonas de aseo. Se trata de un cercado de paja, con una ducha, consistente en un depósito colgado de un árbol, con agua que, naturalmente, está a la temperatura ambiente (templada de día y fría de noche), así como un water portátil, químico, de tamaño de taza bastante pequeño, con un sistema de bombeo que, de momento, con su ruído, hace que anuncies a todo el mundo que vas a usarlo. El techo, el puro cielo africano que, de noche, es algo impresionante. El resto del campamento es en donde trabajan los 7 empleados del mismo, que se ocupan de la cocina, limpieza, etc. Aparte de ellos, está el guía, Hendryx, y el copiloto y encargado de llevar el foco durante los safaris nocturnos. Todo el campamento está rodeado de un cercado de paja, que sirve más de delimitación que de otra cosa, ya que si los animales quieren entrar, podrían hacerlo sin problemas. Una vez visitado el recinto y dadas las oportunas explicaciones, deshacemos un poco las maletas, nos ponemos ropa más cómoda, y tenemos nuestra primera cena en la tienda comedor, con la vista del río que nos facilita la luna, y el sonido omnipresente de los hipopótamos que viven justo al lado del campamento, y que nos acompañarán durante todo el viaje. La primera cena, como deferencia hacia nosotros, es una tortilla de patatas en versión zambiana.... Bueno. Tenemos hambre y nos la comemos. Son a penas las 9 de la noche y nos disponemos a dormir, ya que el horario diario será el siguiente: levantarse a las 5'30 h., desayunar, y salir de safari cuanto antes, a la salida del Sol. Safari entre 3 y 4 horas, con alguna parada para estirar las piernas, aseo o beber algo.... Regreso al campamento para asearse, descansar, etc., hasta la comida (entre las 12 y las 13 h.). Tiempo de siesta, lectura, etc. Sobre las 15'30 h., un té o café (soluble), y a eso de las 16 h., salida de safari, con una parada a la puesta de Sol, para un poco de relax. Continuación del safari, ya de noche, con la ayuda de un potente foco. Regreso al campamento, entre las 19 y las 20 h. Aseo y/o cambio de ropa. Cena y a dormir !
Imagen de nuestra tienda en el borde del río Luangwa
Anna en el interior de nuestra tienda
Imagen del "cuarto de aseo"
El water (de día parece otra cosa..... )
Primera comida en el bush camp
Todo el grupo a la salida del Sol, en nuestro primer desayuno en Zambia
Imagen del grupo a bordo de nuestro primer 4 x 4, que más tarde se estropeó.....
El South Luangwa National Park marca el final de Gran Rift Valley. En la actualidad, naturalistas y expertos de todo el planeta tienen claro que este parque es uno de los más importantes de África. Menos conocido que los de sus vecinas Botswana o Tanzania, o los más populares de Kenya o Sudáfrica, está consierado uno de los lugares menos alterados por el hombre, o dicho de otra manera, más salvajes, de todo el continente africano. El alma del parque es el río Luangwa, verdadera reserva permanente de agua que permite la vida de unas 450 especies de aves y unas 60 de otros animales, contando con la población más importante de hipopótamos de África, así como un número muy importante de elefantes, búfalos y diversos antílopes, y entre los predadores, destacan los leopardos, los leones y las hienas. Todo, en unos 9.000 y pico Km2, divididos en diversos sectores. El acceso a este Parque, es bastante fácil. Desde la capital, Lusaka, a donde llegan diversas compañías aéreas, hay vuelos de la compañía Proflight que, en poco más de una hora, aterrizan en Mfuwe. Desde ahí, los diferentes alojamientos, sobre todo del sector centro del parque, proveen de transporte propio para llevar a los viajeros a sus establecimientos, la mayoría en esta parte central, a la que se llega en poco más de una hora desde el aeropuerto. En esta zona central, hay bastantes lodges y campings, de todas las categorías, incluyendo lugares muy lujosos, de ensueño.
Como hemos comentado, nuestro campamento estuvo situado en los aledaños del sector de Nsefu, la mejor zona - para mi gusto -, de todo el parque. Antes de la declaración del Parque Nacional, este sector había sido un coto de caza, pero esos tiempos antiguos ya pasaron, y ahora concentra una diversidad de fauna increíble. Nsefu tiene un paisaje variado. Los márgenes del río Luangwa son una atalaya perfecta para la observación de la fauna, pero también abundan los bosques caducifolios, de mopane, ébano, árboles "salchicha", etc., así como zonas de arbusto (bushland), áreas despejadas, tipo sabana, e incluso una zona de aguas termales (hot spring). El visitante de esta zona, no verá las concentraciones de animales del Masai Mara kenyata o del Serengeti tanzano, ni tampoco las del Kruger sudafricano, pero se va a encontrar con un aspecto que, en esos otros lugares, se antoja imposible hoy en día. Me refiero a la tranquilidad y la soledad. Observar un leopardo sobre un árbol comiéndose una presa, durante un hora, y sin haber absolutamente nadie más que nosotros, es un lujo que no tiene precio. Los animales, en Nsefu, hay que buscarlos. Su comportamiento es salvaje, en ocasiones esquivo, y esa búsqueda hace que, en sí misma, sea una de las caracteríticas que hacen atractivo este viaje. Lo mejor de los parques de Zambia, a diferencia de otros países, es la posibilidad de hacer safaris a pie (se dice que este país fue pionero en esa modalidad), y sobre todo la realización de safaris nocturnos con la ayuda de un foco, lo cual permite ver una serie de animales, la mayoría muy esquivos, que son prácticamente imposibles de ver de día, a la par que te permite poder ver a los grandes predadores: leones y leopardos, en plena actividad de caza. Como esta crónica es esencialmente fotográfica, pongo a continuación una serie de imágenes captadas por el grupo en el sector de Nsefu, lo mejor de esa zona de Zambia.
Un precioso macho de elefante (Loxodonta africana) en un meandro del río Luangwa
En esta zona, y en general, los elefantes se comportan de manera pacífica, aunque nunca hay que subestimarlos, y menos cuando los tienes tan cerca. Anna en el margen este del río Luangwa, en el sector de Nsefu.
Una de las etrellas del Parque es una subespecie de jirafa endémica de esta zona: Giraffa camelopardalis thornicrofti
Ejemplar de cálao terrestre (Bucorvus leadbeateri)
Los picabueyes (Buphagus africanus) están siempre sobre los grandes hervívoros, como los búfalos, jirafas, etc., o como en este caso, sobre un hipopótamo (Hippopotamus amphibius). Estas aves se comportan como parásitas, alimentándose de la sangre de sus víctimas, que poco o nada pueden hacer para librarse de ellas.
El puku o pucú (Kobus vardonii), es el antílope más característico del valle del Luangwa, en donde a diferencia de otras zonas de África, no se ven gacelas. Rojizo y elegante, forma pequeños grupos o harenes, en donde un celoso macho se ocupa de un buen número de hembras.
Otro de los alicientes de este parque es poder ver una subespecie de ñu endémica de esta zona: el ñu de Cookson (Connochaetes taurinus cooksoni).
Los grupos de elefantes (Loxodonta africana) están compuestos por hembras con crías (hembras y machos jóvenes), dirigidos por una matriarca. En South Luangwa los elefantes son muy numerosos, y encuentran tanto el alimento como el agua que necesitan para prosperar
Aunque el leopardo es el depredador más buscado por los fotógrafos, el rey siempre ha sido y será el león (Panthera leo), bastante común en esta zona de Nsefu
Leona al acecho, al anochecer. A pesar de nuestra presencia cercana, aunque silenciosa, esta leona no quitaba ojo a un grupo de pukus y otro de impalas que había en las inmediaciones. Poder observar sus movimientos estando totalmente sólos en la zona, es todo un lujo, muy diferente de las "aglomeraciones" de turistas que se ven en otros países africanos.
Los safaris nocturnos siempre deparan sorpresas. La presencia de dos hienas (Crocuta crocuta) bajo un árbol, puede señalar que allá arriba pasa alguna cosa.....
Efectivamente, en el árbol a cuyo pie estaban las hienas, había un leopardo (Panthera pardus) apresurándose en devorar su presa: un ejemplar joven de búfalo africano (Syncerus caffer).
Las imágenes, aunque elocuentes, no reflejan todas las sensaciones provocadas al poder observar en directo aquello que habiamos visto en decenas de documentales. Cada movimiento, cada sonido,.... inolvidable
Otra sorpresa de los safaris nocturnos, fue este alcaraván acuático (Burhinus vermiculatus), que vimos algunas noches en mitad del camino, cazando insectos.
Un grupo de búfalos (Syncerus caffer) en plena estampida. Como comentaba, los animales de esta parte de África tienen un comportamiento más salvaje, menos confiado, que en otras zonas más turísticas.
Los impala (Aepyceros melampus) son quizás de las especies de antílopes más comunes y ámpliamente distribuidas de África. En la imagen un bello macho captado por Oriol
Una siempre espectacular carraca lila (Coracias caudatus).
Un espectacular macho de waterbuck (Kobus ellipsiprymnus), captado por mi hijo Miquel Àngel.
El comportamiento social de los babuínos (Papio cynocephalus), incluye a menudo apareamientos que sólo van dirigidos en muchos casos a liberar tensiones en el grupo y a reforzar los lazos y rango de los individuos.
Como en todo río africano, aparte de los hipopótamos, encontramos a los cocodrilos (Crocodylus niloticus), aunque quizás menos numerosos que en otras zonas de África
En el valle del Luangwa pueden verse diversas especies de abejarucos. En la imagen, un bello ejemplar de la especie Merops bullockoides
Los márgenes del río Luangwa, por sus crecidas y decrecidas, hace que a veces los animales grandes, como elefantes o hipopótamos, tengan dificultades para subir por sus márgenes. En esta imagen, Oriol captó el momento en que un macho de elefante (Loxodonta africana) se ayuda de su rodilla para superar el obstáculo
En uno de los safaris de tarde, a la puesta de sol, tuvimos la oportunidad de observar como un grupo de leones (16 en total) daban cuenta de un búfalo que habían cazado. El grupo, compuesto por una hembra alfa, sus hermanas, hijas, etc., con algunos cachorros, estuvieron alimentándose por turnos según su rango en el grupo, hasta saciarse, y todo antes nuestros ojos, que a escasos metros de la escena, y en silencio, asistimos durante más de una hora al espectáculo. Evidentemente, las imágenes sólo reflejan vagamente la intensidad del momento, envuelto por los sonidos, olores.......
La hembra alfa, de mirada penetrante e intimidante, come con preferencia al resto, aunque deba tomarse algún descanso.
Las víceras de las presas con uno de los bocados más preciados por los leones
Una vez la hembra alfa lo permitió, cinco leones más, entre ellos, un cachorro, se acercaron a participar en el festín
El resto del grupo, ya saciados y exhaustos, descansaban y hacían la digestión en los alrededores, vigilados de cerca por un curioso babuíno joven
Un cachorro de león (Panthera leo), con la panza a reventar de carne, yace exhausto después de tanto esfuerzo, aunque sin perder la curiosidad por nuestra presencia, a escasos cuatro metros de él
Continuamos tras la puesta de sol con nuestro safari. El sector de Nsefu, de noche, esconde grandes secretos. En la imagen, un espectacular búho de Verreaux (Bubo lacteus) Fotografía realizada sin flash
Uno de los animales nocturnos más difíciles de ver en África es el puercoespín africano (Hystrix cristata), siempre tímido. Tuvimos la suerte de ver una pareja, fugazmente, pero lo suficiente para poder fotografiarlos. Fotografia realizada sin flash
Uno de los momentos más álgidos de todo el viaje, por no decir el que más. Una pareja de leopardos (Panthera pardus), en actitud amorosa, sale de la frondosidad del bosque hacia una zona abierta, húmeda y fresca. Están bastante lejos, pero con la ayuda del foco de nuestro equipo, consigo captarlos para poder tener un recuerdo de un momento absolutamente mágico
La pareja de amantes, una vez descubiertos, se tumban a la espera de que los humanos les demos la intimidad requerida
Habréis oído hablar de los "pasos de cebra", pero también existen los "pasos de elefante", y en estos, cuando esos gigantes ocupan el camino, sólo se puede hacer una cosa: pararse y esperar. Nunca hay que buscarles las cosquillas a estos animales, y mucho menos si, como en este caso, tienen crías muy jóvenes.
Un espectacular grupo de grullas coronadas (Balearica regulorum) en vuelo, sobre la zona conocida como Hot Springs
En el sector de Nsefu, está la zona conocida como Hot Springs, un manantial termal en que el agua brota de la tierra a 60º C
El último safari en Nsefu, nos deparó un espectáculo impresionante. En un meandro del río Luangwa, al irse secando, se había producido una concentración de peces, que, a su vez, concentró un gran número de aves acuáticas, que se dieron un auténtico festín. Entre ellas, un pigargo vocinglero o águila pescadora africana (Haliaeetus vocifer), espera su oportunidad ante un numeroso grupo de tántalos africanos (Mycteria ibis)
Aparte de los tántalos africanos (Mycteria ibis), se concentraron también algunos marabúes (Leptoptilos crumenifer), con lo que las disputas fueron constantes
Una de las especies de abejaruco de la zona es este espectacular abejaruco carmesí (Merops nubicoides). Normalmente llegan en septiembre, formando grandes colonias en los márgenes del río Luangwa, pero tuvimos la suerte de que algunos ejemplares se habían adelantado un poco
Para acabar este capítulo, nada mejor que la mirada penetrante de una leona (Panthera leo)
En esta crónica, además de esta etapa, podréis encontrar el siguiente contenido:
DE VIAJE POR EL VALLE DEL LUANGWA
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