MAASAI MARA

 

 

 

La puesta de Sol en Mara, tiene una belleza sobrecogedora y mil y un matices.

 

 

El 17 de agosto, tras el safari en barca en Naivasha, y tras un largo y penoso camino, llegamos a lo que sin duda era el punto culminante de nuestro viaje: la Maasai Mara National Reserve.

Maasai Mara es "El parque de los parques" en Kenya. Sus suaves colinas tapizadas por praderas, las aguas chocolateadas del río Mara en las que retozan los hipopótamos, así como la rica diversidad de vida salvaje, colman las expectativas de cualquier visitante en busca del paisaje africano que evocan películas como "Memorias de Africa" o "Mogambo". Salvo gustos particulares o requerimientos especiales, este es el parque que encabeza la lista de los top en el país: ningún viaje a Kenya estaría completo sin una visita a Maasai Mara. Es cierto que no es el mejor parque para observar aves, y es cierto que algunas de las especies no se encuentran fácilmente. Sin embargo, los leopardos y rinocerontes abundan, y con sus más de 450 especies de aves, la reserva no tiene nada que envidiar a Samburu o a los grandes santuarios de la avifauna kenyata. Pero en un área de extensión similar a la isla de Gran Canaria y con una geografía diversa y compleja, perderse es infinitamente más fácil que encontrar un leopardo o avistar una especie concreta de pájaro en sus múltiples bosques.

Las interminables llanuras de Mara

 

La reserva, inaugurada en 1961, se localiza al oeste del Rift Valley y es la continuación natural de las llanuras del Serengeti, en Tanzania. El río Mara, la columna vertebral de la reserva, lo atraviesa de norte a sur para continuar su camino hacia el oeste hasta el lago Victoria, a través del parque tanzano. Este cauce es la barrera natural que deben atravesar cada año los grandes rebaños migratorios de ñúes y cebras que se desplazan entre ambos parques. Más de un millón de ñúes y 200.000 cebras se desplazan en busca de los mejores pastos, encontrando en su camino el río atestado de cocodrilos. Cuando los rebaños vadean la corriente, muchos animales mueren aplastados o ahogados y dejan sus huesos en las orillas del Mara. Desde julio hasta octubre Maasai Mara está en pleno apogeo, con los visitantes estacionales poblando sus interminables praderas.

La ubicación de Maasai Mara y su altitud, por encima de los 1.500 m, determinan un clima suave y más húmedo que en otras regiones del país. El paisaje de praderas herbáceas y la riqueza de nutrientes para los grandes rebaños se mantienen gracias a sus abundantes lluvias, que aquí duran desde noviembre hasta junio, fusionándose las dos estaciones de lluvias largas y cortas tan características en otros lugares de Kenya. Las tormentas nocturnas son frecuentes. En las colinas y las planicies, las praderas alternan con bosques de acacias y matorral. Las orillas del Mara y de las múltiples corrientes tributarias están flanqueadas por densos bosques ribereños.

La lejanía de esta reserva de los grandes núcleos urbanos la diferencia de otros parques y le permite conservar algo que cada vez es más raro en Africa: los animales son completamente libres, sin verjas ni otros obstáculos, e ignoran por completo las fronteras dibujadas sobre el papel, no solamente la que separa los dos países sino también los límites del área protegida. La reserva está rodeada al norte y este por la llamada área de dispersión, habitada por los Maasai pero en la que a menudo es incluso más fácil observar animales salvajes que en la propia reserva, excesivamente frecuentada por los turistas que la recorren en coche, minibús, avioneta o globo.

Masai Mara es la ebullición de la vida salvaje. Durante la estación seca entre julio y octubre, cuando los grandes rebaños de herbívoros habitan estas tierras, la concentración de fauna es un espectáculo que no tiene parangón en todo el mundo, evocando lo que debió ser Africa en tiempos de los "grandes cazadores blancos".

El atardecer, y sobre todo el amanecer, son los mejores momentos para observar animales. Especialmente al alba, los mamíferos nocturnos aún están activos, mientras los diurnos aprovechan estas horas de frescor para desplazarse o acechar a sus presas. Es en estos momentos cuando es posible asistir a una escena de caza, o simplemente contemplar a los grandes felinos moviéndose por la sabana, antes de que el sol caiga a plomo y busquen una sombra donde reposar el resto del día.

En la estación seca, las fuentes estacionales de agua desaparecen y los habitantes del bosque y el matorral se ven obligados a acudir a las charcas permanentes, fácilmente localizables tanto para los observadores humanos como para los carnívoros, que les esperan ocultos en sus proximidades.

Maasai Mara es el hogar de algunas especies de mamíferos poco abundantes en otros parques de Kenya. El topi, un antílope azulado de pelo satinado y aspecto parecido al kongoni, es muy escaso en todo el país salvo aquí. De carácter muy gregario, los topis forman grandes rebaños que suelen contar siempre con un vigía de guardia.

Grupo de topis o nyamera (Damaliscus lunatus jimela) y unas pintadas o gallinas de Guinea, a la puesta de Sol


LA GRAN MIGRACIÓN

¿Cuándo y dónde comienza la migración? Estrictamente, la migración no tiene principio ni fin, la vida de cada ñu en el Serengeti-Mara es una peregrinación constante que sólo termina cuando el animal muere. Por tanto, el único comienzo que podemos considerar es el nacimiento. Durante la estación húmeda, el Serengeti es un lugar agradable para vivir. La hierba abunda en las llanuras meridionales y en el área de conservación de Ngorongoro, donde los animales encuentran un refugio para pastar y parir a sus terneros. Desde finales de enero hasta mediados de marzo, a lo largo de un periodo de seis semanas, 400.000 ñúes ven su primera luz. Muchos no tendrán ocasión de cumplir su destino de caminantes, ya que serán apresados por hienas y chacales poco después de nacer. Los supervivientes disponen del tiempo justo para fortalecer sus patas: la marcha comienza en abril. Para entonces, las lluvias han terminado en el sur del Serengeti y las planicies están secas. Los grandes rebaños se reúnen y afrontan la larga caminata hacia el norte y el oeste. La solemne procesión no viajará sola: una pléyade de carnívoros seguirá de cerca, principalmente hienas y leones, mientras los escuadrones de buitres sobrevuelan el desfile. Miles de animales débiles o enfermos terminarán devorados durante la marcha, y sólo uno de cada tres terneros verá de nuevo el Serengeti. Las riberas del Mara están flanqueadas por pistas desde las que se puede, con algo de suerte y una buena dosis de paciencia, captar la trepidante imagen de los rebaños cruzando el río.

Grupo de ñues y cebras esperandopara cruzar el río mara, desde el lado tanzano

 

Con todos estos alicientes, no es de extrañar que decidiéramos pasar tres noches en este "teatro" natural. Nuestro cuartel general se estableció en el Mara Simba Lodge, en la zona del río Talek. Se trata de un establecimiento correcto, aunque sin demasiadas posibilidades de esparcimiento en las horas entre safaris. A continuación, veremos unas imágenes que intentarán resumir la inmensa belleza del Maasai Mara. Empezaremos por el primer safari, la tarde del día 17 de agosto:

Grupo de impalas (Aepyceros melampus)

 

Una cría de jirafa maasai (Giraffa camaleopardis tippelskirchi)

 

Una preciosa leona (Panthera leo)

 

Cópula de leones (Panthera leo). Ver algo así a escasos tres metros es imposible de olvidar !

 

En Mara íbamos a ver nuestro segundo leopardo (Panthera pardus) del viaje.

 

Una jirafa maasai (Giraffa camaleopardis tippelskirchi), a la puesta de Sol

 

El viernes 18 de agosto hicimos un safari al amanecer, antes de desayunar, entre las 6'30 y las 9 h. Después estaríamos en el Mara Simba hasta las 16 h., en que realizamos nuestro safari del atardecer. Veamos unas imágenes de este día:

Los vuelos en globo son una de las atracciones de Mara, aunque sólo al alcance de los bolsillos más pudientes, ya que el precio ronda los 400 €.

Eso sí, nosotros nos contentamos con fotografiarlos al amanecer.

 

Al amanecer, aún es posible ver felinos activos, como este elegante guepardo (Acinonyx jubatus).

Foto de Santi Baone

 

Los tres hermanos guepardo (Acinonyx jubatus), vigilando desde su atalaya

 

Un inquieto cachorro de león (Panthera leo)

 

Grupo de ñues pastando (Connochates taurinus)

 

Los animales se ven desde muy cerca en Mara. Elefantes (Loxodonta africana)

 

De regreso en el Mara Simba, el safari continuó en el lodge !

 

En el Mara Simba abundan las mangostas rayadas (Mungos mungo)

 

No nos bañamos en las playas del hotel porque estaban ocupadas.......

 

Mi hijo Oriol a la entrada del lodge

 

Las "cabañas" del Mara Simba

 

En los jardines del Mara Simba pueden verse monos vervet (Cercopithecus aethiops pygerythrus), siempre liándola aquí y allá !

 

El safari nunca se para. Mientras comemos en el Mara Simba, al otro lado del río avistamos una curiosidad: un babuino albino (Papio anubis)

 

El grupo tomando un té o un café y charlando en el bar terraza del Mara Simba, esperando la hora del safari de la tarde. (Foto de Santi Baone)

 

Por la tarde, realizamos otro safari por la zona del Keekorok, donde nos habíamos alojado en 1992. También fue muy interesante:

Un par de hembras de sisón (Eupodotis melanogaster)

 

Un primer ejemplo de la migración de los ñues (Connochates taurinus)

 

Los buitres realizan una importante "misión de limpieza" en el ecosistema de Mara. En la imagen, tres especies de buitre. De izquierda a derecha: Gyps africanus, Gyps rueppellii y Torgos tracheliotus

 

Con un poco de suerte, pudimos ver a este chacal de lomo plateado (Canis mesomelas ), muy cerca

 

Un facocero (Phacochoerus africanus), en su típica postura de rodillas

 

Un primer plano de un ñu (Connochates taurinus)

 

El rey de la sabana: un precioso macho de león (Panthera leo)

 

El tercer leopardo de nuestro viaje (Panthera pardus). Estaba a contraluz, pero muy cerca.

 

En unos instantes de suerte, mi amigo Santi Baone pudo captar la mirada del felino, y sus ojos de jade. Fue un momento mágico. Ver tres leopardos (Panthera pardus) en un sólo viaje a Kenya, es algo sin duda remarcable y que perdurará en nuestras memorias.

 

Antes de acabar el día, otra sorpresa: un macho de antílope eland (Taurotragus oryx), muy escaso.

 

Al día siguiente, diecinueve de agosto, una fecha importante para mi mujer y yo, pasaríamos un día más completo, si cabe. La ventaja de estar tres días en Mara, es este. Puedes dedicar un día entero al safari. Así lo hicimos. Salimos desde las 7 hasta las 15 h., más o menos. La idea era ir hasta el río Mara y comer un pic-nic por la zona. Inolvidable...

Nada más salir, nos topamos con un grupo de kongoni (Alcelaphus buselaphus cokei)

 

Un ejemplar de búfalo africano (Syncerus caffer).

El pájaro que está sobre su lomo es un Creatophora cinerea

 

Ese día había partido: Cebras F. C. contra Atlético Ñu.

En la imagen, el entrenamiento de las cebras comunes (Equus quagga boemi)

 

Una nube de buitres volando en círculo y que, de pronto, descienden sobre el suelo, sólo tiene una explicación: carroña !

 

Cada año, arriban al Maasai Mara, miles y miles de ñues (Connochates taurinus)

 

Cerca de los herbívoros, los carnívoros !

Leona (Panthera leo)

 

Primer plano de un guepardo (Acinocyx jubatus)

 

Llegamos a la frontera kenyata-tanzana. Las chicas del grupo con nuestros guías-conductores: Macharia (a la izquierda) y Mawara (a la derecha).

 

Cruzamos por un puente elrío Mara y, desde allí, vemos este espectáculo.

Unos hipopótamos ocupan la playa, y el resto espera turno (Hippopotamus anphibius)

 

Aquí me tenéis a la entrada del Mara Triangle (Foto de Oriol Pérez-De-Gregorio)

 

Los hipopótamos son muy territoriales. Las luchas son muy frecuentes, y, en ocasiones, se producen graves lesiones, como las del ejemplar de la foto, en el río Mara.

 

Después de tanta furgoneta, se agradece el poder poner pie a tierra y ver la fauna de otra manera. En la imagen, mi mujer, Anna, en las riberas del río Mara. Al fondo, ñues y una jirafa maasai.

 

Los "papás" del grupo: un servidor y Santi Baone. Al fondo, ñues y gacelas de thompson.

(Foto de Anna Busquets)

 

En la inmensidad de las praderas del Mara, unos grandes árboles solitarios dan cobijo con su sombra. En uno de ellos, paramos para comer nuestro pic-nic. En primer plano, Santi Baone y su mujer Carme, y sentados, su hijo Sergi (a la izquierda) y mi hijo Miquel Àngel (a la derecha).

 

Antes de parar, los guías miraron si en el árbol había algún leopardo. No, no era una bravata para asustarnos. Es así. Y si no os lo creéis, mirad las señales de las zarpas en el tronco que os señala mi hijo Oriol. Nos dijeron que, en más de una ocasión, han de buscar otra sombra, porque esta está ocupada ! No puede encontrarse mejor lugar para comerse el pic-nic !

 

Tras la comida y descansar un poco, reemprendemos la marcha de regreso al lodge. Por el camino, centenares de ñus a un lado y otro del camino. Es el Maasai Mara !

 

Un macho de avestruz maasai (Struthio camelus massaicus) intentando tragarse una planta espinosa

 

De regreso al lodge, y en la puerta de nuestras habitaciones, nos esperaban los monos vervet (Cercopithecus aethiops pygerythrus)

 

 

 

 

 

INDICE

INTRODUCCIÓN

SHABA - SAMBURU - BUFFALO SPRINGS

MOUNTAIN LODGE (ABERDARES)

LAGO NAKURU - LAGO NAIVASHA

NAIROBI

AMBOSELI

 

 

 

 

 

 

Todas las fotos, salvo que se diga otra cosa, son de Miquel À. Pérez-De-Gregorio.© Qualquier sugerencia, crítica o comentario, serán bienvenidos a miquelpg@gmail.com